La LOMCE en el Averroes

El pasado día 8 de mayo, como actividad incluida dentro de las previas a las movilizaciones del 9 de mayo, tuvo lugar en el IES Averroes una charla informativa. A continuación, Marta García Tena miembro del Bloque de Acción Estudiantil de Córdoba (BAE), nos cuenta la experiencia.
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Lo siento, pero soy partidaria de que, antes de opinar sobre algo, conocer o al menos informarse un mínimo.

Respecto a la LOMCE, creo que no solamente se basa en su crítica a la religión dentro del sistema educativo, minoría respecto a la cantidad de ataques que lanzan contra la hasta entonces educación pública.

Yo me pararía a analizar minuciosamente cada punto, cada coma y cada espacio de esa ley que, dícese, mejora la calidad de la educación en nuestro país.

Comienza con un aumento del número de alumnos por clase, o ratio, que pega perfectamente con el refrán «éramos pocos y parió la abuela», lo que, ya de primeras, disminuye la atención del profesor por alumno y fomenta, poco a poco, a que esos alumnos con mayor dificultad de atención o aprendizaje logren desengancharse del carro. Se dan por perdidos en su reenganche y por eso se crea la Formación Básica en vez de aumentar el número de docentes y así poder encauzarlos de nuevo, gracias al apoyo de estos.

¿Es un chaval de 14 años, en plena adolescencia, capaz de elegir su futuro simplemente tachando una cruz en una opción que aparece en un papel en el que puede leerse «matrícula»? La respuesta, en un mayor porcentaje es no. Si no ha probado un caramelo de fresa, no sabe si le gustan, pues lo mismo.

¿Realmente queremos educar a unos jóvenes privándoles, para empezar, de asignaturas que ayudan a desarrollar otros ámbitos como son la filosofía, el arte o incluso la historia?CAM00267

Después de dar unas pequeñas pinceladas a los alumnos, se recrea, no iban a ser menos, en los profesores y directores de los centros. El director pasa a ser un «ser superior», con libertad para elegir a sus «inferiores» y capacidad para expulsarlos, si no les gusta como «funcionan», en cualquier momento. Los «inferiores» o demás profesores, aparte de estar en una constante supervisión, no cuentan con el privilegio de la baja por enfermedad ya que, sobre sus conciencias, recaerá el remordimiento de  que sus alumnos queden desamparados, sin dar clase de su materia y dedicando esas horas a charlar sobre de qué color se pintarán las uñas o cuántos goles metió ayer su equipo de fútbol favorito. Y todo esto, ¿por qué? porque sus bajas no se cubrirán hasta una vez pasados un mínimo de diez días lectivos.

Ésta estaba dirigida hacia los alumnos y profesores que quisiesen emplear sus quince primeros minutos del recreo en escuchar a representantes de la asociación de estudiantes “Bloque de Acción Estudiantil” junto con la Plataformas de Solidaridad del mismo instituto. El encuentro, pese al temor de que el sacrificio de esos quince minutos fuese demasiado, no salió tan mal, y conseguimos reunirnos alrededor de 30 personas, las cuales, se encargaron, me consta, de transmitir a sus amigos y compañeros de clase la necesidad de moverse y asistir a la huelga de educación propuesta para el día siguiente.