Plataforma Norte: Somos lo que comemos y vamos dejando rastro

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Uno de los chicos que integran la Plataforma de Solidaridad de Norte, nos cuenta la acción final del Bloque temático de Alimentación que han realizado en su barrio:

«El pasado martes 28 de Mayo la Plataforma Norte realizó una acción en el mercadona de Santa Rosa con la que se pretendía concienciar a la gente sobre los alimentos que compraban y su impacto en el medio ambiente.

Anterior a esta acción se hicieron varias sesiones de información sobre los alimentos como el pescado, la carne, los huevos, verduras, etc… Se estuvo hablando sobre los productos que cualquier persona puede comprar en el mismo supermercado de su barrio, nada más lejos y descubrimos que muchas veces compramos sin fijarnos en la procedencia del producto, solo porque sea más barato o que parezca tener mejor calidad. Pero para que llegue al supermercado, antes ha pasado por una serie de cosas que en muchos casos son muy perjudiciales para el medio ambiente.

 Algunos temas que nos llamaron más la atención fueron por ejemplo; la pesca de arrastre, que consiste en extender grandes redes por el fondo marino arrasando con todo lo que haya con el fin de conseguir la mayor cantidad de peces posibles o el maltrato al que están sometidos los animales en las producciones intensivas, donde solo viven para producir lo máximo posible en malas condiciones.

Todo esto que aprendimos se lo intentamos transmitir a las personas en la acción mediante algo que no sonase demasiado raro, algo que les pudiera enganchar, ¿qué mejor que un juego? Así funcionaba:

Teníamos unas tarjetas en las que estaba explicado el juego y se las repartimos a las personas que iban a comprar al mercadona. Cada una reaccionaba de manera distinta; algunas se interesaban, otras directamente decían que no, otras se excusaban, pero bueno cuando le conseguíamos dar el papelito a alguien, simplemente entraba, compraba algo y al salir nos decía que había comprado, entonces nosotros le hacíamos una pregunta sobre su compra y después de responder hubiese o no acertado, le leíamos una información sobre su producto y le regalábamos un huevo campero y una tarjeta de la tejedora por si quería comprar productos ecológicos. Esto lo hicimos 12 veces (con los 12 huevos que teníamos) y llevó alrededor de una hora y media sin contar la preparación. Fue bastante entretenido ver las reacciones de la gente y probablemente concienciamos a algunas personas que aunque fueran pocas, pero se tenían que dar cuenta, porque esta injusticia no puede seguir así.»

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